Israel tiene un nuevo gabinete político, el más derechista de la historia del país, formado por políticos de ideología de extrema derecha con un discurso homófobo y racista, ultraortodoxos y colonos. Algunos de sus miembros han sido acusados de incitación al terrorismo o de fraude fiscal, a lo largo de toda su carrera política.

Netanyahu vuelve a estar al frente de Israel

Israel, tras varias semanas de reuniones y negociaciones, ya tiene gobierno. Binyamín Netanyahu vuelve a tener el poder, tres años y medio después y tras cinco comicios. Eso sí, vuelve de la mano de una serie de partidos tan conservadores como controvertidos, ultraderechistas y fuertemente religiosos.

Este miércoles por la noche, Netanyahu comunicó la formación del nuevo Ejecutivo y Yair Lapid, exprimer ministro del país, ha tachado a este gobierno como el “más extremo de la historia del país”. Merav Michaeli, del partido laborista, ministra de Transporte en régimen de interinidad, ha denunciado que una persona que fue acusada de varios delitos ha nombrado como ministro de Salud e Interior a un infractor fiscal, y la Seguridad Pública estará bajo la responsabilidad de una persona condenada por formar parte de un grupo terrorista.

La Knesset, por estar de vacaciones por la Hannukah, no asistirá a reuniones hasta el miércoles, por lo que están pendientes de aprobar un punto de la legislación: los miembros de este nuevo gobierno tendrán algunos poderes ampliados en el momento que ocupen sus puestos.

El nuevo Ejecutivo está formado por cinco partidos

De esta manera, el Estado de Israel intenta salir del estancamiento a nivel político al mismo tiempo que los miembros del nuevo Ejecutivo hacen un planteamiento de cómo usar las instituciones para esquivar sus problemas con la ley. Antes del próximo día 2 de enero los dirigentes de los partidos de coalición más a la derecha de Israel jurarán su cargo.

Likud (32 escaños): el partido ha quedado opacado bajo la figura del controvertido Netanyahu. El resto de los miembros del partido prefieren un perfil más bajo y aceptan esta coalición para que su primer ministro vuelva al liderazgo. Los “likudniks” son liberales, contrarios a cualquier tipo de negociación con las fuerzas palestinas y sionistas.

Judaísmo Unido de la Torá (11 escaños): los defensores de las escuelas religiosas (yeshivá). Defienden a los religiosos que viven en Israel y son la representación del conservadurismo religioso del país, sobre todo, a aquellos que se pasan muchas horas estudiando los textos del Talmud y de la Torá. Su política está basada en estos libros religiosos.

Shas (7 escaños): representantes de los mizrajíes ultraortodoxos y sefardíes, buscan terminar con la discriminación de los miembros de estas comunidades. Varios de sus miembros fueron implicados en casos de falsificación, fraude fiscal o soborno. Incluso no se sabe si Aryeh Deri, su presidente, podrá ocupar las carteras que se han negociado, pues está condenado por un delito de fraude fiscal.

Este partido promueve una vida ortodoxa y quieren más influencia de la ley religiosa judía (halajá). Se oponen abiertamente a la homosexualidad y defienden los asentamientos hebreos. También se muestran en contra de dar más representación en el Parlamento israelí a las mujeres.

Sionismo Religioso (7 escaños): son el ala más incendiaria y de derechas de los religiosos de Israel, son defensores de los colonos y están a favor de la anexión, bajo términos religiosos, de Samaria y el Área de Judea. Son contrarios al matrimonio entre ciudadanos del mismo sexo y de las conocidas como “uniones civiles”.

Poder Judío (6 escaños): su líder es Itamar Ben Gvir que apoya a los colonos y siguen la corriente del kahanismo creada por el rabino y político Meir Kahane, condenado por delitos de terrorismo.